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Exitosa Ruta de la Salteña
jueves, 18 de abril de 2024
Este sábado 19 de noviembre, la sede consular de Bolivia en la capital chilena organizó una exhibición gastronómica, cultural y artística dirigida a las y los bolivianos que viven en el país hermano. Y claro, la residencia ubicada en la Avenida Santa María, en la comuna de Providencia, se llenó de gente.
Delia Encinas nació en Santa Cruz de la Sierra, en la zona de la Pampa de la Isla. Reside hace nueve años en Chile y en el contexto de ‘La Ruta de la Salteña’, realizada en el Consulado del Estado Plurinacional de 🇧🇴 en Santiago 🇨🇱, afirmó que, “es un acierto que el Consulado abra sus puertas para que podamos compartir con la ciudadanía y los hermanos. Todos anhelamos nuestra gastronomía, entre tantas cosas que tienen que ver con nuestras raíces inolvidables. Estando lejos, también añoramos este tipo de reuniones. Y le digo que en Bolivia, lo primero es la salteña. Tanto en la comida del día a día, como para las fiestas, los cumpleaños, las celebraciones, siempre está presente una salteñada”.
-¿Qué te parece que el Consulado abra sus puertas a la comunidad?
“Cuando uno está lejos de su tierra, el Consulado de tu país se convierte en tu casa, en nuestra casa.”
Para precaverse del sol del mediodía, el cochabambino Edson Caetano, junto a sus hijos, su esposa de Venezuela, su madre y su suegra tomaron un respiro en un costado del ingreso al edificio consular. Consultado sobre su valoración de la iniciativa, Edson opinó que, “la actividad está muy bien. Piensa tú que la salteña es prácticamente nuestro desayuno y lo que está haciendo el Consulado es una excelente manera de mostrar lo que somos a través de la exposición de nuestras comidas”, y añadió que, “es una idea afortunada que el Consulado apoye los emprendimientos de nuestros compatriotas en Chile”.
Por su parte, Carolina Castaño de Salteñería Los Conejos de La Paz, puntualizó que la exposición gastronómica y artística demuestran que, “las expresiones culturales de un pueblo pueden llegar a todas partes del mundo y pueden traer un recuerdo de nuestra casa originaria a cualquier sitio donde uno se encuentre”, y agregó que, “aquí en Chile nosotros hemos tenido una muy buena acogida. Contamos con clientes no sólo chilenos, sino de Perú, Colombia, Venezuela, y a todos les han gustado”.
-¿Por qué crees que ocurre?
“Estamos en un momento muy fuertemente intercultural que incluso ayuda a que la gente haga suyo sabores muy diferentes. Nuestras salteñas en particular, llevan carne picada, carne picante, pollo, pollo picante, mote con cerdo, y también ofrecemos veganas”.
De dónde vienen las salteñas
Un verdadero debate histórico se provoca cuando llega la hora de averiguar el origen de la salteña.
Algunos consideran que la salteña proviene del mundo árabe y que primero arribó a Europa y parte de África antes de propagarse en América Latina y en territorio boliviano a través de la conquista hispana. De hecho, hay quienes aseguran que existen pruebas, como el censo de 1611 en Potosí, donde el consumo de empanadas, en virtud del sincretismo, terminó por transformarse en las salteñas que actualmente se conocen.
Otra hipótesis la propuso el escritor boliviano Antonio Paredes Candia, quien atribuyó en sus textos el nacimiento de la salteña a la familia Gorriti. El narrador postula que, para huir de la dictadura argentina de Rosas, las Gorriti dejaron su Salta natal y se situaron en Bolivia, ingresando por Potosí. Con el fin de tener medios para vivir, la jefa de la familia, doña Feliciana y sus hijas Carmen y Juana Manuela, se empeñaron en hacer y vender empanadas según una receta de la provincia argentina de Salta.
Otra versión pertenece al historiador Wálter Zavala, quien plantea que la salteña llegó a Bolivia por doña Corina Pueyrredón (nacida en Salta) en 1830. Se supone que la mujer vendía empanadas de caldo en Potosí y los habitantes que las compraban corrieron la voz de que el producto era de ‘la salteña’, y así habría surgido el nombre.
De su lado, la historiadora boliviana Beatriz Rossells dio a conocer un documento original: nada más ni nada menos que el libro de cocina de doña Josepha de Escurrechea (nacida en Potosí en 1736), hecho a mano y adoptado como el recetario más antiguo en Bolivia que evidenciaría que la salteña ya era conocida y preparada en Potosí en el siglo XVIII. En el famoso recetario, la salteña aparece descrita igual a la que se consume hoy, usándose entre sus ingredientes principales la papa, el ají, los diversos rellenos y maneras de cocinar.
Para generar comunidad
Ante la pregunta sobre los propósitos de la actividad, el Cónsul de Bolivia en Santiago, Fernando López, explicó que, “buscamos posicionar la gastronomía boliviana. La salteña siempre ha sido un plato de bandera nuestro y nos hemos encontrado en Santiago con compatriotas que llevan adelante emprendimientos asociados a la producción y venta de salteñas. En consecuencia, fuimos contactando a esos hermanos, de modo de poder construir un espacio familiar y de encuentro en la propia sede consular: por eso le llamamos ‘La ruta de la salteña’ a esta iniciativa”.
-No es común que un Consulado abra sus puertas de par en par a los residentes de su país, salvo para la gestión de trámites habituales…
“Se trata de la diplomacia de los pueblos en acción. Muchas veces se piensa que una embajada como un lugar inalcanzable, de espacios y horarios acotados para la atención, todo envuelto en un halo de misterio. Pero en el Consulado General no somos partidarios de tener una casa cerrada: queremos nuestra casa abierta a la comunidad. Incluso ofrecemos servicios a nuestros compatriotas algunos sábados y durante el año, en las fechas importantes, realizamos y promovemos actividades que apuntan al intercambio entre las personas de la comunidad. Eso es lo vital: abrir el Consulado General para que la gente pueda transitar libremente, degustar, comer, disfrutar y generar comunidad, algo que es central en Bolivia".